A finales de los años setenta llegaron a los hogares los primeros ordenadores personales completamente ensamblados, y en los años ochenta aquellos primeros microordenadores de 8 bits se expandieron con rapidez.
Con la rápida expansión de los microordenadores de 8 bits llegó, también, la era del pirateo doméstico de software. Una forma rápida de conseguir software para el ordenador que se acaba de comprar para el hogar.
Casi siempre eran niños o adolescentes los que se aventuraron a piratear software, un medio de ganar algo de dinero que, normalmente, se reinvertía en la informática. Y empezaron a vender en mercados semanales de las ciudades, o mediante anuncios en algunos semanarios que publicaban una edición con anuncios por palabras que eran gratuitos.
El primer paso era conseguir software, es decir, piratear desde el original o desde otras copias, y el segundo paso vender el software pirata para sacar un dinero. Aquello fue totalmente normalizado en la sociedad, aprovechando una legislación muy laxa, o incluso inexistente, de la misma forma que cualquier tienda de fotocopias sin problema alguno fotocopiaba un libro entero, incluso lo encuadernaban; a ojos de todos, sin esconderse.
En este podcast, también basado en vivencias reales y personales, voy a compartir con todos los seguidores de ParcelaDigital historias reales sobre el pirateo de software en los años ochenta y noventa.