Durante los años noventa, cuando la informática doméstica comenzaba a despegar, existían tiendas que hoy serían auténticos templos para los aficionados a la retroinformática. En algunos de esos locales se vendían componentes de ordenador de segunda mano al peso: placas base, tarjetas gráficas, memorias, fuentes de alimentación… todo amontonado en cajas o estanterías, esperando a que algún entusiasta encontrara una joya entre kilos de chatarra electrónica. Para muchos, era una forma económica de mantener vivo su viejo PC; para otros, una oportunidad de experimentar, reparar o montar un ordenador desde cero con piezas rescatadas.
Si te ha gustado esta historia, compártela con otros amantes de la retroinformática. Déjame tu comentario y cuéntame si tú también llegaste a visitar alguna tienda así en los años noventa. Y no olvides seguir el podcast para no perderte más historias del pasado digital.