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Commodore es uno de los fabricantes de los ochenta más populares, y la serie Commodore Amiga contó con importante éxito a finales de los ochenta. Pero existieron algunos modelos que no fueron tan populares como el Amiga 600, que originalmente se iba a llamar Amiga 300.
La Serie Amiga, arquitectura de gran calidad nacida de la mano de Jay Miner fuera de la famosa empresa Commodore, es toda una leyenda de la informática personal de los años ochenta. La serie nació con el Amiga 1000, pero no mucho después fue lanzado el Amiga 500, la versión económica y accesible a todos los bolsillos que transformó a la saga en una leyenda de los ordenadores personales «ochenteros».
En Marzo de 1992, cinco años después de la salida al mercado del Amiga 500, Commodore lanzó al mercado un nuevo modelo de la serie Amiga: el modelo Amiga 600. Además del nombre establecido el equipo tuvo otros nombres como A600 -que figuraba en la carcasa- y «June Bug», nombre asignado en su fase de desarrollo. También es importante añadir que de la misma forma que el Amiga 500 fue la versión económica del Amiga 1000, el modelo Amiga 600 fue la versión económica del modelo Amiga 3000 que ocupaba en 1992 la línea de alta gama del fabricante americano.
El diseño original iba encaminado a abaratar el precio del Amiga 500... y por ello existió una intención real de llamar al modelo con el nombre de Amiga 300.
Una curiosidad importante sobre el Amiga 600 fue el hecho de ser el primer modelo de toda la serie fabricado en Reino Unido, concretamente en Escocia, y el diseño original iba encaminado a abaratar el precio del Amiga 500... y por ello existió una intención real de llamar al modelo con el nombre de Amiga 300. El resultado final fue un equipo más caro que el Amiga 500, en realidad era una mejora del Amiga 500 Plus, y por ello se descartó el nombre de Amiga 300 para poner otra denominación con un número superior a 500, terminando definitivamente en el número 600. Es importante comentar que en el pasado se detectaron algunas unidades de Amiga 600 que tenían impreso en la placa base el texto: «A300». Casualmente, esos equipos marcados con el nombre que no fue finalmente oficial, no contaron con la controladora IDE integrada que sí contaron los marcados con el nombre correcto.
Al comparar el modelo Amiga 600 con su inmediato predecesor, el modelo Amiga 500 Plus, el primero era más pequeño que el segundo culpa de la decisión de suprimir el teclado numérico. Pero, para muchos usuarios del mundo Amiga, el segundo lograba mayor rendimiento que el primero. En realidad ambos equipos eran muy parecidos en características, y las únicas diferencias vinieron de la mano de la controladora interna IDE que incluyó el primero, y su ranura mejorada PCMCIA de tipo II que no incluyó el Amiga 500 Plus.
Otra gran diferencia, no valorada en su momento pero sí valorada con el paso de los años, fue que el Amiga 500 incluyó una batería para el reloj soldada en placa, mientras que el Amiga 600 protagonista de este artículo incluyó una batería extraíble. Con el paso del tiempo existieron casos de ordenadores Amiga 500 que al sustituir la batería soldada desgastada por el paso del tiempo, el sistema comenzó a fallar; un problema inexistente para el Amiga 600 que permitía una sencilla sustitución. En el apartado del software se reportaron problemas en videojuegos de la Serie Amiga ejecutados en el Amiga 600 que no fallaban en el Amiga 500 Plus; errores generados por contar con diferente ROM el modelo 500 con respecto al 600.
Si a la errónea concepción del modelo añadimos que a los seis meses del lanzamiento del Amiga 600 fue lanzado el Amiga 1200, contamos con factores suficientes para aclarar por qué el primero pasó bastante desapercibido en el mercado.
La salida al mercado del Amiga 600 no fue exitosa, ya que no fue bien acogida la idea de crear un ordenador de reducido espacio que pretendía ser un equipo normal y, al mismo tiempo, competir con la segunda generación de consolas de videojuegos que empezaron a alcanzar gran popularidad en aquellos años. Si a la errónea concepción del modelo añadimos que a los seis meses del lanzamiento del Amiga 600 fue lanzado el Amiga 1200, contamos con factores suficientes para aclarar por qué el primero pasó bastante desapercibido en el mercado.
No obstante, el equipo Amiga 600 contó con múltiples posibilidades de expansión: una ampliación de memoria RAM mediante la tarjeta de expansión A601 insertada en una ranura existente en una trampilla trasera; la ranura PCMCIA; el puerto IDE interno, etcétera. Y aquellas diferentes posibilidades lograron que el modelo Amiga 600 fuera ganando adeptos con el paso de los años... todos aquellos puertos, y la posibilidad de jugar con la actualización de la ROM, permitían al usuario realizar muchas adaptaciones. En la actualidad, el ordenador Commodore Amiga 600 es un modelo que sin haber sido un éxito en el mercado en su época, ocupa un lugar destacado entre los amantes de la retroinformática.
El diseño original iba encaminado a abaratar el precio del Amiga 500... y por ello existió una intención real de llamar al modelo con el nombre de Amiga 300.