Los alumnos pagaban bien por las clases, y las aulas se llenaron hasta el punto de existir lista de espera en muchos centros.
Aquel fue un mundo que conocà perfectamente porque, precisamente, en aquellos años fui profesor -y gestor- en algunos centros de formación que tuvieron importante alcance en mi ciudad, y pude conocer de primera mano la «Belle Époque» de la formación no reglada en informática. Un profesor de informática podÃa, perfectamente, ganar un buen sueldo -por encima de la media de aquellos años- trabajando entre cinco y seis horas al dÃa, porque los alumnos pagaban bien por las clases, y las aulas se llenaron hasta el punto de existir lista de espera en muchos centros.
Ya en el año 1996 la demanda de formación en informática comenzó a decaer... cerraron las primeros centros de formación. El precio de las clases de informática se vieron reducidos, los profesores empezaron a cobrar menos y trabajar menos, y llegando a las puertas del nuevo siglo la formación en informática dejó de ser un buen negocio. Para aquellas fechas ya habÃan cerrado la mayorÃa de los centros de formación en informática. Solo resistió la formación contratada por empresas para formar a sus empleados, o la formación subvencionada desde entes públicos para desempleados, u otro tipo de sectores que pudieran contar con fondos públicos con destino a la formación en informática.
Al principio de este artÃculo he aclarado que no existe un periodo definido como «La edad de oro de las academias de informática», pero no quiero cerrar esta opinión sin afirmar que, para mÃ, sà existió el periodo en cuestión, y podrÃa afirmar que se inició allá por el año 1991 finalizando en el año 1996 donde se inició su declive.
El lanzamiento de los primeros ordenadores «clónicos» abarataron mucho el coste de un ordenador doméstico.