El Coleco Adam fue uno de los ordenadores más curiosos y ambiciosos de los años 80. Lanzado por la misma compañía que triunfó con la consola ColecoVision, el Adam prometía revolucionar la informática doméstica con una propuesta completa: impresora incluida, teclado, unidad de cintas digital y capacidad para ejecutar tanto software educativo como juegos. Pero detrás de esa promesa se escondía un defecto de diseño que lo hizo tristemente célebre: su potente campo electromagnético al arrancar podía borrar cintas digitales y disquetes que estuvieran cerca... incluyendo los que venían con el propio sistema. Muchos usuarios se encontraron con que su software desaparecía simplemente por tenerlo insertado al encender el ordenador. Este fallo, tan inusual como desastroso, empañó la reputación de una máquina que, en otras circunstancias, podría haber marcado una época. En este vídeo exploramos la historia del Coleco Adam, sus innovaciones, sus errores y por qué hoy es recordado como uno de los casos más peculiares de la historia de la informática clásica.
Una nueva publicación para recordar a un ordenador histórico y carismático, y que tuvo muchas luces y sombras.