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En el año 1989 el mundo PC ya era muy dominante, y los usuarios dependían, en su mayoría, del sistema operativo MS-DOS nacido en el año 1981. El sistema operativo contaba con sus limitaciones, entre ellas la imposibilidad de direccionar más de 640 Kilobytes de memoria debido a su gestión de memoria en modo real. Hasta los noventa no se rompió esa barrera, pero ya en los ochenta existió una herramienta llamada DOS Extender que prometió direccionar hasta los 16 Megabytes.
En el año 1981 nació el primer IBM PC, el modelo 5150, y ese mismo año Microsoft entregó a IBM el que iba a ser el sistema operativo de la arquitectura: el sistema operativo PC-DOS. Era el mismo sistema que Microsoft vendió fuera de IBM bajo el nombre de MS-DOS.
La rápida evolución del hardware anuló la capacidad de gestión del MS-DOS.
El sistema operativo MS-DOS era avanzado para el año 1981, pero a finales de los años ochenta la evolución del hardware había anulado la capacidad de gestionar del sistema operativo; la gestión de la memoria real estaba limitada en un máximo de 640 Kilobytes de RAM, que para el año 1989 era poco.
Existían otros sistemas operativos, como el OS/2, que contaban con una gestión de memoria protegida, permitiendo trabajar simultáneamente por encima de los 640 Kilobytes de RAM; pero el sistema operativo MS-DOS era el estándar, y casi todo el software rodaba sobre el software de Microsoft.
Entonces, con las versiones MS-DOS 5.0 y 6.0 llegaron las triquiñuelas del MEMMAKER, utilizar la memoria alta -384 Kilobytes desde los 640 iniciales hasta el primer megabyte- para albergar los drivers y convertir aquello en memoria extendida o expandida. Pero el límite permanecía donde estaba, y no era una memoria lineal real. Un remiendo, básicamente.
El Windows 3.10 y 3.11 operaban con gestión protegida de la memoria.
La llegada de los entornos operativos Windows 3.10 y 3.11 para el MS-DOS permitió trabajar en una gestión en modo protegido de la memoria, logrando una memoria lineal aprovechable al 100%, pero la mayor parte del software seguía siendo el desarrollado para el MS-DOS, y ahí el límite permanecía en los 640 Kilobytes iniciales.
Cuando el software creció, gráficamente hablando, había que hacer peripecias con el MEMMAKER, y también manualmente, para jugar con la memoria extendida, expandida, y memoria alta, para liberar al máximo los primeros 640 Kilobytes, ya que había software que no podía ser ejecutado si no se exprimía hasta límites insospechados la llamada memoria convencional.
La barrera de la memoria convencional se rompió en 1995 de forma definitiva.
¿Cuando se rompió realmente la barrera de los 640 Kilobytes del MS-DOS? Cuando llegó el primer sistema operativo de Microsoft con entorno gráfico creado para sustuir al MS-DOS; el Windows 95. A partir de ahí, el software empezó a ser desarrollado únicamente para Windows, y allí la gestión de la memoria era protegida, y se podía utilizar el 100% del total.
Estamos hablando del año 1995. Pero lo que no mucha gente conoce es que en el año 1989, seis años antes de todo aquello, ya existía el DOS Extender, un software externo a Microsoft cuya función era convertir la gestión en modo real de memoria en modo protegido, siendo capaz de romper el límite de los 640 Kilobytes de RAM para alcanzar 16 Megabytes de memoria, una memoria que ningún ordenador disponía en aquella época.
El software DOS Extender permitió a los desarrolladores programar software que podía romper la barrera de la memoria convencional. Inicialmente, fue una herramienta conocida gracias a los desarrollos de la empresa Phar Lap pero, posteriormente, Rational Systems la popularizó mediante versiones más avanzadas.
Existía un entorno de desarrollo DOS Extender para lenguajes de programación muy populares.
DOS Extender podía ser implementado en desarrollos bajo lenguajes de programación tan populares como el Ensamblador, FORTRAN, Turbo C, o Turbo Pascal. Y existieron aplicaciones muy famosas que fueron desarrolladas bajo DOS Extender para poder abarcar toda la memoria RAM disponible, como Autocad o el famoso videojuego Doom. Y fue la especialidad del videojuego la que más aprovechó la tecnología DOS Extender... hasta que llegó el Windows 95.
Lo más importante era que las aplicaciones portadas a DOS Extender podían retener la compatibilidad total de los sistemas de entrada y salida de ficheros y acceso a memoria del MS-DOS base. Y también es importante destacar que Rational Systems, empresa que más lejos llegó con el DOS Extender, creó un entorno de desarrollo más caro a la venta, pero que permitía, por ejemplo, desarrollar aplicaciones de tipo TSR, que se quedaban residentes en memoria, de gran utilidad para un sistema operativo monotarea como era el MS-DOS, y que rápidamente se hicieron populares.
La licencia más barata de DOS Extender para un desarrollador rondaba los 1.500 dólares del momento, que era mucho dinero.
A finales de los años ochenta, los principales desarrolladores de entornos DOS Extender eran tres: A. I. Architects, que vendía cada licencia para desarrollador al precio de 1.595 dólares; Phar Lab, que vendía cada licencia para desarrollador al precio de 1.495 dólares; Rational Systems, que vendía cada licencia de desarrollador a 5.000 dólares.
La rápida evolución del hardware anuló la capacidad de gestión del MS-DOS.