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En el año 1984 la empresa «Borland» presentó Sidekick -para gloria de muchos programadores ochenteros- que con el tiempo se convertiría en leyenda de la informática de los desarrolladores de software. Para algunos fue su primera aplicación de software TSR (Terminate And Stay Resident).
Es difícil para cualquier informático abstraerse de la evolución de la ciencia informática, que ha sido cuando menos grandiosa. El progreso tecnológico ha permitido que los ordenadores puedan hacer grandes tareas, pero a base de crear nuevos niveles de pre-programación. Al principio de la década de los años ochenta el programador -incluso el usuario- se encontraba en lo que se llamaba el bajo nivel de la programación, es decir, lo que se programaba estaba muy cerca de la arquitectura de la máquina. Esto impedía desarrollar software tan complejo como el desarrollado en la actualidad, pero lo que era construido requería mucho mayor conocimiento, mucho talento, y mucho mayor esfuerzo. Con el tiempo, a base de programar y programar entornos, ahora se pueden desarrollar grandes aplicaciones de software, pero completamente alejados de la arquitectura de la máquina; se llama lenguajes de alto nivel. Las nuevas generaciones de programadores apenas conoce lo que pasa en las tripas de un ordenador; hace treinta años, si no conocías la arquitectura de la máquina, te resultaba más difícil programar. Es que el lenguaje máquina o ensamblador no era apto para cualquiera.
Una vez tecleado el código, era necesario compilar desde la línea de comandos, y después «linkar» lo compilado.
Cualquier desarrollador de hoy en día construye su software en el IDE correspondiente, pulsa en el play, y ya tiene la aplicación en ejecución. Pero, ¿qué hay de los pasos intermedios? Pues si preguntamos a la mayoría de los programadores, no sabe nada de lo que pasa durante el trayecto de ejecución. En los años ochenta, la aplicación se codificaba en un editor de texto, recurriendo al clásico MS-DOS se utilizaba, al principio, el inflexible COPY CON. Una vez picado el código, era necesario compilar desde la línea de comandos, y después linkar lo compilado. El sistema operativo MS-DOS era monotarea y monopuesto: no permitía trabajar en red local y solo se podía ejecutar una aplicación simultáneamente, muy lejos de los sistemas operativos actuales. Por lo tanto el programador abría el editor, tecleaba el código, cerraba el editor, compilaba, linkaba, y ejecutaba. Y así sucesivamente.
Y en el año 1984 llegó Sidekick ¿Qué era Sidekick? Pues una agenda, un calendario, un gestor de contactos... y un editor de texto que es lo que cautivó a todos los programadores. En definitiva es lo que ahora se llama un software PIM (Personal Information Manager, o Gestor de información personal). Y además era un TSR, es decir, un programa que permanecía residente en memoria después de terminar su ejecución. Al pulsar la combinación de teclas Ctrl y Alt la aplicación aparecía en pantalla sin cerrar lo que hubiera en ejecución en primer plano; en otra pulsación Sidekick desaparecía. Resumiendo... se simulaba una ejecución multitarea en un sistema monotarea.
Para los que desarrollamos aplicaciones en la década de los años ochenta Sidekick fue una revolución, por ser muy flexible en edición, y por permanecer residente en memoria; aquello evitaba el tedioso proceso de abrir, modificar, cerrar, compilar, y linkar, pudiendo tener abierto siempre en editor el código fuente sin cerrar lo que estaba en ejecución en background.
La última versión del software TSR fue Sidekick 99.
Entrada la década de los años noventa, debido a la proliferación de los entornos de desarrollo (IDE) personalizados para cada lenguaje y la llegada de los sistemas operativos gráficos con multitarea incorporada, Sidekick perdió toda la fuerza ganada en la década anterior. Se publicaron versiones de la aplicación desde 1984 hasta 1999, momento en el que fue lanzada Sidekick 99, la última versión de la popular aplicación.
La popularidad de Sidekick fue tan grande que en sus tres primeros años se vendieron más de un millón de copias de la aplicación. Y sin duda para los programadores de los años ochenta Sidekick es pura leyenda de la informática.
Con este artículo quiero recordar aquella sensación de pulsar continuamente las teclas Ctrl y Alt con el característico movimiento de los dedos medio y pulgar de la mano izquierda, porque aquello es un recuerdo inolvidable de una época de la informática que estaba basada en el conocimiento abstracto.