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En Septiembre de 1973 apareció publicado en portada de la revista Radio-Electronics un diseño electrónico creado por Don Lancaster para fabricar un terminal de vídeo que podía mostrar en un televisor dos páginas de 16 líneas con 32 caracteres en mayúscula cada una... era una Máquina de Escribir de TV.
La Máquina de Escribir de TV, un invento que en el año 1973 apenas tenía sentido... ¿De qué servía escribir algo en una pantalla que después no tenía salida a papel? Pues, inicialmente, para nada. Pero aquel diseño tuvo éxito, y una gran demanda entre lectores y entusiastas de la electrónica ¿Por qué? Porque hay que encajar el invento en la época en la que fue concebido.
En 1973 todavía no había nacido era la informática personal y, con ello, el microordenador.
En el año 1973 ya existían los primeros microprocesadores de propósito general como, por ejemplo, el procesador Intel 4004, aunque no eran accesibles -comercialmente hablando-, y también existía la memoria RAM, pero a unos precios nada populares. Lo que todavía no había nacido era la informática personal y, con ello, el microordenador; en 1973 ya existían proyectos de microordenadores pero era algo por evolucionar. Los ordenadores existentes eran, en realidad, mini-ordenadores de elevado coste que no tenían sentido más allá del mundo empresarial... la computación no tenía lógica en un entorno doméstico.
Don Lancaster es un ingeniero y escritor que publicó artículos en Popular Electronics y Radio-Electronics, siendo su trabajo más reconocido el diseño de la Máquina de Escribir de TV (TV Typewriter). En Septiembre de 1973 publicó en la revista Radio-Electronics seis páginas para compartir el diseño de una máquina de escribir que podía ser conectada a un televisor estándar, permitiendo ver en pantalla lo tecleado.
La revista Radio-Electronics ofreció por separado un folleto de dieciséis páginas al precio de dos dólares.
La utilidad del invento de Don Lancaster era más que dudosa, pero la capacidad de atracción para los entusiastas de la electrónica desbordó a la publicación del invento. La revista Radio-Electronics ofreció por separado un folleto de dieciséis páginas al precio de dos dólares que incorporó las instrucciones para la fabricación de aquella máquina. Vendieron miles de folletos.
Además, la empresa Southwest Technical Products vendió a los lectores alguno de los componentes del dispositivo, otros tenían que ser conseguidos por los medios que tuviera cada uno. El resultado fue que muchos lectores consiguieron fabricar la Máquina de Escribir de TV de Don Lancaster, y todo aquello se transformó en un fenómeno social entre los amantes de la electrónica en aquella época.
Como los microprocesadores y la memoria RAM no eran accesibles económicamente, el dispositivo fue construido utilizando dispositivos de lógica TTL y memoria de registro de desplazamiento.
El propio Don Lancaster fabricó su propia unidad para desarrollar el diseño del dispositivo y, entre otras cosas, tuvo que fabricar su propio teclado a mano, porque en aquellos años los teclados comerciales no eran accesibles a la gente de la calle. Y como los microprocesadores y la memoria RAM no eran accesibles económicamente, el dispositivo fue construido utilizando dispositivos de lógica TTL y memoria de registro de desplazamiento.
Respecto al teclado, Don Lancaster terminó por diseñar un modelo que fue fabricado por Southwest Technical Products, siendo ofrecido a la venta a los lectores en el número de Abril de 1974 de la revista Popular Electronics.
La comunidad de entusiastas de la máquina de Lancaster lograron adaptar el sistema para ser conectado a los primeros microordenadores comerciales.
En los tres años siguientes fueron lanzados al mercado los primeros ordenadores basados en el microprocesador Intel 8008, y rápidamente la comunidad de entusiastas de la máquina de Lancaster lograron adaptar el sistema para ser conectado a esos primeros microordenadores comerciales.
A finales de 1974 la empresa Southwest Technical Products decidió rediseñar la Máquina de Escribir de TV para facilitar su ensamblado -la versión original era realmente complicada en su montaje- y también para mejorar algunos aspectos... en la edición de Enero de 1975 de Popular Electronics apareció el modelo CT-1024... la versión mejorada de TV Typewriter. En esa época ya había nacido el microordenador entregado mediante «kit» y ensamblado por los propios clientes.
Don Lancaster publicó el libro TV Typewriter Cookbok en el año 1976.
La Máquina de Escribir de TV conllevó para Don Lancaster una importante fama en la década de los setenta, y el invento conllevó la publicación de su libro TV Typewriter Cookbok en el año 1976.
Aunque la Máquina de Escribir de TV no tuvo una funcionalidad importante aparente -no ofreció un servicio claramente útil- aquella máquina fue pionera de la informática personal, y su gran fama radicó en una exitosa idea que todavía estaba por explotar en 1973: la posibilidad de disponer de un ordenador en los hogares. Además, construir la máquina fue todo un reto para los lectores aficionados a la electrónica de la década de los años setenta, creando mucha expectación entre los primeros entusiastas de aquella «informática micro» que estaba naciendo.
En la actualidad, y colgando de la web oficial de Don Lancaster, se pueden encontrar veinticuatro páginas con la especificación y diseño de la Máquina de Escribir de TV.
En 1973 todavía no había nacido era la informática personal y, con ello, el microordenador.