Mi octavo libro dedicado a recuperar al auténtico primer videojuego español, a la venta con precio muy popular en versión papel, o versión ebook económica.
La informática en el año 1987 era muy diferente a la actual; los ordenadores de 8 bits mantenían el dominio mundial, el mundo PC avanzaba en importante medida, y el hardware y software nada tenían que ver con lo actual. En este artículo intentaré recrear la atmósfera de aquellos años contando una vivencia personal y real.
El 26 de diciembre de 1986 me regalaron mi primer ordenador: un fabuloso Amstrad CPC6128 con monitor en color. En aquel momento contaba con 12 años de edad y toda mi experiencia con los ordenadores y la informática se reducía a jugar dos años antes, en momentos puntuales y en casa de un amigo, con un mítico Spectrum ZX... no sabía nada más de informática, por lo que contaba con una nula experiencia en la materia.
No obstante, el vago conocimiento adquirido durante los días de recorrer varias tiendas para comprar un ordenador -prácticamente a ciegas-, me dejaron claros algunos conceptos. En primer lugar, la informática personal realmente escaseaba en los hogares españoles... pocos niños contaban con la suerte de tener un ordenador; en segundo lugar, la poca informática doméstica estaba dominada en España por los pequeños ordenadores de 8 bits, y a finales del año 1986 el mercado español (y europeo) estaba totalmente controlado por los fabricantes británicos Sinclair y Amstrad que copaban aquel nicho de mercado concreto. Con el pequeño conocimiento adquirido pude ser consciente que el ordenador que me habían regalado era un equipamiento de gama alta para lo que había en los hogares españoles a finales de 1986.
En 1987 llegó el momento de apuntarse a alguna academia para seguir algún tipo de formación sobre informática.
La finalidad de aquel regalo «computerizado» era la de generar un tiempo de diversión diferente a lo vivido hasta el momento -jugando al mítico videojuego Mercenario y a otros títulos como After Burner, Harrier Attack, Street Hawk, Miami Vice, Goody, 1942, o el fabuloso Match Day-, pero con la condición de aprender también algo de esa nueva ciencia, llamada informática, que hacía muy pocos años que había alcanzado al sector de población centrado en el usuario personal. Así que llegó el momento de apuntarse a alguna academia para seguir algún tipo de formación sobre informática.
Es importante describir un escenario: año 1987... una capital de provincia española que no superaba los 200.000 habitantes... pocos comercios dedicados a la informática y algunas academias de informática. La formación en informática era impartida en aulas que disponían algunas tiendas de informática, o en academias genéricas que contaban con un espacio para la informática. En 1987 lo normal para un niño era recibir clases de BASIC, y el primer problema que me encontré fue que la mayoría de los centros de formación impartían ese lenguaje de programación sobre ordenadores MSX, arquitectura novedosa en aquellos años y de bajo coste a la hora de equipar aulas -abundaban las academias que contaban con ordenadores Dynadata DPC-200 o Philips VG-8020-. El lenguaje BASIC de MSX era diferente al de AMSTRAD, por lo que busqué una academia que impartiera formación para el sistema que tenía en mi hogar; me costó trabajo, solo encontré una academia en toda mi ciudad donde se impartiera formación específica para el magnífico Locomotive BASIC de Amstrad. A modo de curiosidad, comentar que la calidad formativa del centro no era buena, y por ello terminé por cambiar a otro centro de formación... tuve que aprender el lenguaje BASIC de MSX, y después realizar por mi mismo las adaptaciones en mi ordenador Amstrad.
Para profundizar más en la formación sobre informática en España en el año 1987, es importante comentar que abundaban los cursos de RPG para el IBM AS/400 (existía una importante demanda), COBOL, MS-DOS, dBASE III... pero para jóvenes o adultos. A los niños solo se les impartía formación en BASIC o, como mucho, en lenguaje LOGO. En la mayoría de centros de formación no se admitían niños a formaciones superiores o se les admitía previa realización de una prueba de conocimiento sobre BASIC. El lenguaje BASIC era considerado el cimiento o base de cualquier formación futura en la ciencia de la computación.
Era curioso ver tiendas que vendían y formaban sobre MSX y adornaban las paredes de su local con algún que otro póster dedicado al MSX-2, una arquitectura mejorada que era prácticamente inalcanzable en 1987 para el usuario doméstico.
Las tiendas de informática escaseaban en mi ciudad en 1987, y lo normal era encontrarse comercios dedicados a otros menesteres aventurados a vender un ordenador concreto, o academias donde se impartía la formación y, además, vendían al público ordenadores del mismo fabricante que equipaban las aulas. Las tiendas totalmente especializadas en informática escaseaban, y las que había, vendían ordenadores, periféricos, y se dedicaban a la formación centrada exclusivamente en el producto propio comercializado. Era curioso ver, por ejemplo, comercios que vendían y formaban sobre MSX, y que adornaban las paredes de su local con algún que otro póster dedicado al MSX-2, una arquitectura mejorada del MSX que era prácticamente inalcanzable en 1987 para el usuario doméstico... la realidad del usuario doméstico en 1987 era que las últimas tecnologías solo estaban visibles en los panfletos publicitarios, o en las revistas especializadas.
No estaba todo perdido, existía un «oasis» informático... un «olimpo» de la tecnología informática donde cualquier usuario del ordenador doméstico podía asistir para encontrar todo tipo de productos informáticos... pero únicamente si tu ciudad contaba con un centro de El Corte Inglés. El departamento comercial de informática de El Corte Inglés era el paraíso de la informática en 1987 para cualquier niño, joven, o adulto aficionado a la informática personal, y allí se podían ver los ordenadores PC de su propia marca, Investrónica, arquitectura que todavía no había calado en los domicilios particulares. Se podían ver los ordenadores punteros de la época como IBM PC, Amstrad, Spectrum, Commodore, MSX; el producto estrella en la estantería del comercio era el IBM PS/2 tan innovador que el gigante azul había presentado ese mismo año de 1987. También se podían comprar disquetes cuando todavia no eran de uso masivo, impresoras, cintas de impresora, los primeros portátiles, videojuegos, software comercial, lápices ópticos, ratones, y un largo etcétera. Un disquete virgen de 3 pulgadas para un Amstrad CPC6128 costaba 890 pesetas en El Corte Inglés.
Todos esperábamos de nuestro ordenador de 8 bits poder conseguir todo tipo de software para lograr dar el mayor sentido funcional a esa «cosa metálica».
En definitiva, el departamento de informática de El Corte Inglés era la único sitio en mi ciudad donde podía acceder a la tecnología y a los productos que solo podía ver en las revistas de informática editadas en papel. No obstante, no todo podía ser adquirido en El Corte Inglés... ser aficionado a la informática en 1987 era costoso económicamente, y todos esperábamos de nuestro ordenador de 8 bits poder conseguir todo tipo de software para lograr dar el mayor sentido funcional a esa «cosa metálica» que todavía estaba en tela de juicio para el uso doméstico. Y conseguir software era realmente complicado, porque pocos disponían de ordenador en casa, y los que contaban con equipo no tenían por qué coincidir en arquitectura. Establecer una nueva relación de amistad en tu ciudad y que tuviera un Amstrad CPC6128 o CPC464 era realmente complicado, y cuando conseguías alguna... ¡amigos para siempre! Sobre todo si la otra parte tenía muchos más programas que tú, ya que terminaba por ser una fuente inagotable de software. El problema del intercambio de software fue solucionado con el tiempo, en parte gracias a la estandarización del mundo PC que igualó las arquitecturas y los sistemas, y en otra parte cuando se masificó la informática en los hogares.
Antes de terminar el año 1987 dominaba el lenguaje BASIC e iba, poco a poco, perdiendo la inocencia del novato para sumar nuevos conocimientos al adentrarme en el mundo PC con el MS-DOS y dBASE III -no sin los impedimentos de la época aportados por una sociedad que seguía sin entender el sentido de un ordenador en casa-. Al llegar el año 1988, sustituí mi mundo doméstico de 8 bits por la famosa arquitectura PC... pero eso ya es materia para otra historia diferente...
En 1987 llegó el momento de apuntarse a alguna academia para seguir algún tipo de formación sobre informática.