Mi octavo libro dedicado a recuperar al auténtico primer videojuego español, a la venta con precio muy popular en versión papel, o versión ebook económica.
En el año 1972 fue lanzada al mercado la primera videoconsola de la historia llamada Magnavox Odyssey, un producto lastrado inicialmente para la historia por algún que otro falso rumor y por algún enfrentamiento judicial importante.
En el año 1966 Ralph H. Baer se fijó en un videojuego de gran éxito creado en 1962 que estaba causando furor; el videojuego se llamaba Spacewar! que, para muchos, es el primer videojuego de la historia. Entonces Ralph Baer, aprovechando que fue un pionero entre los primeros ingenieros de televisión, tuvo una idea... crear un dispositivo de entretenimiento que pudiera ser conectado a una televisión convencional.
En marzo de 1967 tuvo listo un prototipo del dispositivo que buscó crear habiendo trabajado en el invento en secreto con la ayuda de un par de compañeros de trabajo, estrategia usada simplemente por el miedo al rechazo del proyecto en su empresa. Al final presentó el proyecto a la empresa en la que trabajaba, y gustó... a medias. No obstante, tuvo vía libre para continuar con el proyecto, pero con tiempo y recursos económicos muy limitados. Internamente se bautizó al proyecto con el nombre Brown Box. También existió un interés real por el proyecto por parte de alguna otra empresa, pero las negociaciones no fructificaron.
Bill Enders, ejecutivo de la empresa Magnavox, apostó por el producto firmando un acuerdo en marzo de 1971 para transformar al proyecto Brown Box en un producto comercial.
Para el comienzo de 1968 Ralph Baer ya había patentado los diseños del proyecto, y ya estaba negociando con grandes empresas buscando al mecenas que pudiera lanzar el proyecto al mercado. Al final Bill Enders, ejecutivo de la empresa Magnavox, apostó por el producto firmando un acuerdo en marzo de 1971 entre la empresa en la que Ralph Baer desarrollaba su actividad profesional, llamada Sanders Associates, y Magnabox; con la firma del contrato estaba a punto de nacer la primera consola de la historia bajo el nombre comercial de Magnavox Odyssey.
En enero de 1972 comenzó la fabricación de la consola Magnavox Odyssey, y en mayo del mismo año fue lanzada al mercado. Durante el año 1972 se vendieron 100.000 unidades de la consola y el concepto Pong arrasó en el mercado atrayendo a muchos emprendedores hacia una nueva forma de entretenimiento nunca vista. No obstante, la estrategia comercial de la empresa Magnavox no fue buena ya que nació un rumor que nunca lograron controlar: el público en general pensaba que la consola Magnavox Odyssey únicamente funcionaba conectada a los propios televisores de la empresa Magnavox, algo que no era cierto... funcionaba en cualquier televisor. Aquel rumor lastró las ventas de la primera consola de la historia; se entregaron menos unidades de las que potencialmente podían haber vendido.
La consola Magnavox Odyssey incluyó 28 videojuegos diferentes, tenis de mesa, voleibol, etcétera, -doce de ellos incluidos en el «pack» básico de compra- pero todos ellos eran, en lo referente a los gráficos y a la jugabilidad, muy sencillos... pero era algo nunca visto y tuvo éxito. Además, los juegos no podían memorizar nada de lo referente a la partida, así que los resultados tenían que ser anotados a mano en papel. El dispositivo tampoco contaba con reproducción de sonido... aquella máquina estaba basada, únicamente, en transistores y diodos.
La popularidad del producto Atari Pong, y el excelente año de ventas de 1975, degeneró en una demanda judicial interpuesta por Magnavox Odyssey contra Atari por el asunto de las patentes.
El efecto llamada de aquella nueva forma de entretenimiento provocó que Nolan Bushnell fundara en el año 1972 la empresa Atari, para terminar por lanzar en noviembre de ese año una consola llamada Atari Pong que causó furor. La popularidad del producto Atari Pong, y el excelente año de ventas de 1975, degeneró en una demanda judicial interpuesta por Magnavox Odyssey contra Atari por el asunto de las patentes, y la primera ganó el juicio a la segunda. Atari estimó que los costes de perder la demanda eran demasiado elevados, aproximadamente 1.500.000 dolares, y negoció con Magnavox llegando a un acuerdocon el que pagaron 700.000 dólares más los derechos de todos lo juegos que Atari tuviera a bien lanzar al mercado durante el año siguiente... al año siguiente, curiosamente, Atari no sacó ningún título a la venta.
En el año 1977 una empresa centenaria llamada Nintendo decidió entrar en el mundo de los videojuegos y de las consolas. La empresa Nintendo fue creciendo y para la década de los años ochenta ya era líder en el mercado de las consolas gracias a un gran ritmo de crecimiento. Pero tenía que pagar regalías a Magnavox y Ralph Baer por las patentes de Magnavox Odyssey. Por ello, en 1985, Nintendo intentó no pagar a Magnavox alegando que no eran los dueños de la patente ya que el juego, en realidad, estuvo basado en otro producto más antiguo llamado «Tennis For Two» creado por William Higinbotham. Finalmente, la corte sentenció contra Nintendo argumentando que el juego original de Higinbotham no disponía señal de vídeo, ya que la salida era efectuada en la pantalla de un osciloscopio... por ese sencillo detalle no pudo ser considerado como videojuego la principal baza de defensa de la empresa nipona. Nintendo perdió la demanda y continuó pagando las patentes.
El producto Spacewar! fue la musa de Ralph H. Baer para la creación de la videoconsola Magnavox Odyssey
La historia sobre el segundo juicio ganado por Magnavox abrió el camino para declarar, sin exención de polémica, al producto Spacewar!, musa del propio Ralph Baer para la creación de la Magnavox Odyssey, como el primer videojuego de la historia, ya que otros productos más antiguos que usaron osciloscopio no pudieron ser enmarcados en la especialidad del entretenimiento electrónico, según la sentencia.
En el año 1974 Philips compró Magnavox con la idea de entrar en el mercado americano para dar a conocer la marca holandesa en Estados Unidos; en el año 1975 el mercado de las videoconsolas creció tanto que la Magnavox Odyssey, por culpa del empuje de otra consola como la Atari Pong, fue discontinuada tan solo tres años después de su lanzamiento. Pero lo cobrado por las patentes durante muchos años lograron que la consola Magnavox Odyssey fuera un producto de gran rendimiento económico, mereciendo tales beneficios entablar dos grandes peleas judiciales con dos empresas que, posteriormente, se transformarían en gigantes del entretenimiento electrónico.
Bill Enders, ejecutivo de la empresa Magnavox, apostó por el producto firmando un acuerdo en marzo de 1971 para transformar al proyecto Brown Box en un producto comercial.