Existe un interesante número de unidades de disco antiguas que paulatinamente han ido cayendo en el olvido, pero forman parte de la historia de la informática personal.
Hablar de unidades de disco portables cuando existen discos duros de alta capacidad, Internet y sistemas en la nube («cloud»), o «pendrives» minúsculos de gran capacidad, es como hablar del pasado... es hablar de algo primitivo.
Los discos portables fueron fundamentales en el pasado.
Hubo muchas unidades de disco creadas que no lograron ser un estándar.
Varias empresas se aventuraron a crear nuevos dispositivos de almacenamiento externo y portable con la idea de estandarizar nuevos medios que hicieran olvidar a los viejos discos flexibles que contaban con muy poco espacio en una informática personal que evolucionaba muy rápido. Pero, en realidad, ninguna de aquellas empresas logró estandarizar sus productos. En este artÃculo vamos a recordar algunas de aquellas unidades de almacenamiento que no alcanzaron el estándar.
Iomega Bernoulli Box
En el año 1983, cuando todavÃa no existÃan unas grandes necesidades de almacenamiento en la informática personal, una empresa joven llamada Iomega y dedicada al almacenamiento, desarrolló y lanzó al mercado una unidad llamada Iomega Bernoulli Box. Cada disco era de grandes dimensiones, 8 pulgadas de tamaño, y contaba con una capacidad -en el modelo original- de 5, 10, y 20 Megabytes; con el tiempo llegaron hasta los 230 Megabytes ce capacidad en el año 1994. Fue la unidad de disco precursora del Iomega Zip. No era fácil de encontrar unidades y discos Iomega Bernoulli, y nunca llegó a ser una unidad estandarizada.
Si bien el Zip era más flexible en lo que al medio de grabación refiere, la bajada de precios de los sistemas de almacenamiento del CD-R y el CD-RW, junto con su estandarización -en todos los equipos existÃa, al menos, lector de CD-, y la necesidad de tener que llevar encima la unidad lectora de Iomega para leer los discos Zip en otros ordenadores, iniciaron un declive del Iomega Zip, siendo rematado definitivamente con la aparición de las memorias USB Flash o pendrive.
Imation buscó, principalmente, dos objetivos: ser la alternativa al Iomega Zip, y crear un estándar que definitivamente sustituyera a la clásica disquetera de 3½ pulgadas. No logró ni el primer, ni el segundo objetivo, ya que no alcanzó la notoriedad de la unidad Zip, ni logró la ansiada estandarización.
En el año 1999 una empresa llamada Castlewood Systems lanzó al mercado una unidad removible de almacenamiento masivo en formato de 3½ pulgadas que podÃa leer discos de 2,2 Gigabytes de capacidad. En el año 2001 fue lanzada una segunda versión que operaba sobre discos de 5,7 Gigabytes; todo un «record» de almacenamiento en un disco removible en aquellos años.
Con la entrada del nuevo milenio, la proliferación de las unidades flash de memoria y la aparición de los modernos sistemas de almacenamiento en la nube, la unidad removible perdió su espacio en la informática. Si bien el DVD o el BlueRay son unidades removibles que se han estandarizado, actualmente nada se mueve de un lado para otro si no es en un pendrive o por medio de Internet. Lo que sà resulta curioso es que ninguna unidad de acceso a lectura y escritura ajena a la inflexibilidad de los discos compactos, logró una estandarización que permitiera la sustitución de la clásica unidad de disco de 3½ pulgadas de alta densidad; aquella unidad murió sin dejar heredero.
Los discos portables fueron fundamentales en el pasado.