En los años ochenta y noventa las redes locales más comunes dependÃan del cable coaxial en el marco de una topologÃa BUS... usando conectores BNC en un cable RG58 bajo una distribución de red «en-lÃnea»; si fallaba la conexión en un ordenador, se caÃa toda la red. El medio fÃsico mas habitual en las redes locales era el cable coaxial fino RG58 de 50 ohmios de resistencia con una estructura totalmente lineal, conectando la tarjeta de red de cada equipo a una «T» y poniendo en cada extremo -inicial y final- una resistencia de cierre comúnmente llamada «tapón» de esos mismos 50 ohmios de resistencia.
Las resistencias de cierren marcaban el inicio y el final de una red local lineal coaxial.
El cable partÃa del primer ordenador de la lÃnea trazada, donde se conectaba el conector base de la «T» a la tarjeta del Ethernet del ordenador. Posteriormente quedaban libres los otros dos conectores en cada extremo de la parte superior de la «T»: en uno se conectaba el cable para iniciar el trayecto hacia el segundo ordenador, y en el otro extremo libre del mismo conector «T» se conectaba una resistencia de cierre para marcar el inicio de la red lineal.
El conector BNC de atornillar provocaba, habitualmente, caÃdas de la red coaxial.
El conector BNC era un elemento imprescindible dentro de las redes BUS basadas en el coaxial RG58 o RG8, y dentro de los conectores, principalmente, existÃan tres tipos de conexiones con BNC: el conector de soldar, el de crimpar, y el de atornillar. En realidad los cables tenÃan que ser hechos «in-situ» en la instalación, y los mas seguros eran los de soldar y los de crimpar. En nuestra opinión, la mejor opción era usar conectores BNC de crimpar sobre el cable RG58; el cable de crimpar solo requerÃa una herramienta llamada crimpadora. El conector de soldar requerÃa estañador, estaño, y habilidad para soldar sobre un conector pequeño. Soldar un conector BNC era más costoso y engorroso que crimpar un conector.
ExistÃan muchas redes en las que, por no complicarse la vida los instaladores, se utilizaron conectores de atornillar que eran más sencillos de colocar y no dependÃan de ninguna herramienta especial, solo una tijera de electricista de pelar cables y un destornillador normal. El caso es que en los conectores BNC de atornillar fácilmente se soltaban algunos hilos de cobre y al tocar la parte metálica del conector, o al entrar en contacto con el apantallado, provocaban inestabilidad y la caÃda completa de la red. Es necesario recordar que en una red 10-Base-2 o 10-Base-5, si un ordenador pierde conexión, la pierden todos los equipos de la misma red.
Los problemas en una red con conectores BNC de atornillar eran diarios, y cada vez que caÃa la red, era necesario comprobar cada conector BNC hasta encontrar cuál era el que provocaba el problema, terminando por rehacer la conexión. Los problemas se terminaban para siempre al sustituir todos los conectores BNC de atornillar por otros de crimpar, que eran totalmente seguros.
Los tramos de cable coaxial entre ordenadores deben evitar el uso y colocación de empalmes durante su trayecto.
La teorÃa sobre la instalación de las redes locales basadas en coaxial afirma que un cable tirado de un ordenador a otro debe ser continuo, sin cortes ni empalmes por el medio. Los cortes y empalmes en el cable coaxial provocaban perdidas de señal y ruido extra en ella. Por eso los cables se construÃan «in-situ», estableciendo la medida exacta necesaria para no hacer empalmes extra a posteriori.
Una red local basada en el cable coaxial y la topologÃa BUS, únicamente puede disponer de dos resistencias de cierre.
Una red de cable coaxial RG58 y conector BNC de topologÃa BUS o lineal únicamente debe contar con dos resistencias de cierre en total. Una resistencia de cierre en el extremo inicial del conector «T» del primer ordenador, y otra en el extremo final del conector «T» del último ordenador.
En cambio, podemos afirmar que en el pasado nos encontramos con redes locales de cable coaxial con tres o más resistencias de cierre, y la aparición de resistencias extra confirmaba otro dato negativo: que existÃan empalmes no autorizados por toda la estructura cableada, dejando de ser una topologÃa BUS en lÃnea para ser una extraña red cuya estabilidad en el dÃa a dÃa era más que discutible. Y el problema crecÃa proporcionalmente al número de resistencias de cierre extra que tuviera la red.
En muchas redes locales de cable coaxial aparecÃan empalmes extra al añadir nuevos terminales no contabilizados en la definición original de la estructura de la red.
En ocasiones, cuando se producÃan cortes de cable por error, era más sencillo anular terminales y trasladar la resistencia de cierre a otro puesto.
Existen casos reales de cortes accidentales de cable coaxial. Concretamente podemos relatar un caso real sucedido en un edificio histórico en el que se estaban realizando unas reformas en una zona puntual; los obreros se encontraron con un cable negro sin identificar y el jefe de obra les dio orden de cortar sin consultar a nadie. Cortaron un cable coaxial de una red local operativa. El caso es que aquel cable fue cortado accidentalmente entre el último y penúltimo ordenador de la red y, como era de topologÃa BUS, la red entera cayó y nadie pudo trabajar con el sistema informático, provocando la consiguiente alarma general. Pasar un nuevo cable de muchos metros de longitud por un edificio histórico construido en piedra era realmente complicado y costoso; entonces se tomó la decisión más fácil, se anuló el último puesto y se colocó la resistencia de cierre en el penúltimo ordenador. La red volvió a funcionar sin problemas, pero debieron prescindir del último terminal en el marco de una elección considerada mejor que tirar un nuevo cable o realizar el fatÃdico empalme extra.
En la actualidad, las redes locales más comunes son de topologÃa estrella y requieren un concentrador en medio de la red, usan cable UTP, y conectores RJ45. Además de la velocidad de transferencia, que es mucho mayor, la principal diferencia de la topologÃa estrella contra las antiguas redes basadas en la topologÃa BUS es que si hay una averÃa en un equipo, solo se cae de la red el terminal averiado sufriendo, además, menor ruido e interferencias porque no se usan empalmes ni extrañas conexiones.
Las resistencias de cierren marcaban el inicio y el final de una red local lineal coaxial.