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El Umbral de Doherty forma parte de un estudio para entender la capacidad de respuesta entre humano y máquina.
En la informática existen muchas leyes muy famosas, la mayoría todavía perduran en el tiempo, como la Ley de Brooks o la Ley de Moore. Bajo un resumen breve podemos decir que la Ley de Brooks, acuñada por Fred Brooks en el año 1975 dentro de su trabajo «The Mythical Man-Month» («El Mítico Hombre-Mes»), afirmó que añadir más personal a un proyecto con retraso terminaba por provocar mayor retraso aún; la Ley de Moore, acuñada por Gordon E. Moore que fue cofundador de Intel, nacida en el año 1965, vino a explicar que el número de transistores en un circuito integrado crece exponencialmente doblándose cada dos años, así hasta 10 0 15 años después de su anuncio por que «una nueva ley sustituiría a ésta», según afirmó el propio autor.
En realidad, la Ley de Brooks dice mucha verdad, y la Ley de Moore se pasó de los 15 años máximos de vigencia para seguir siendo una ley totalmente válida en la actualidad. Algunos estudios afirmaron que la vigencia de la Ley de Moore terminó en Marzo de 2016, ya que la entrada de la fabricación de microprocesadores bajo una tecnología de 14 nanómetros en lugar de los 22 nanómetros usados hasta ese momento, hace prácticamente imposible duplicar el número de transistores cada dos años debido a la emisión de calor generado por la agresiva reducción de distancia entre transistores. No obstante la Ley de Moore estuvo 51 años vigente, que no está nada mal.
En aquellos años a las grandes empresas de informática como IBM no sólo les interesaba crear máquinas rápidas, sino también crear máquinas que pudieran mejorar la productividad intrínseca de un ser humano.
Pero aquellas famosas leyes no deben dejar ocultas otras también relacionadas con la informática y no menos interesantes. Atentos a un número mágico... 396 milésimas. En el año 1982 Walter J. Doherty, ingeniero de IBM, trabajó en colaboración con un grupo de psicólogos y su compañero de trabajo Ahrvind J. Thadani para desarrollar un estudio con el objeto de investigar sobre la relación en la capacidad de respuesta humano-máquina. En aquellos años, a las grandes empresas de informática como IBM no sólo les interesaba crear máquinas rápidas, sino también crear máquinas que pudieran mejorar la productividad intrínseca de un ser humano. Y entonces nació el estudio «The Economic Value of Rapid Response Time» («El Valor Económico del Tiempo de Rápida Respuesta») que básicamente vino a afirmar que la atención de un usuario de ordenador tiene una duración directamente relacionada con el tiempo de respuesta de la máquina en la que está trabajando. El estudio situó el limite en los 400 milisegundos, cualquier tiempo de respuesta en la máquina superior a ese valor puede provocar degradación en la atención del usuario y, debido a ello, una bajada en el rendimiento y una mayor probabilidad de que el usuario disperse la atención en terceros factores ajenos a la máquina. Un valor inferior a 400 milisegundos provocaría una gran mejora en la productividad del usuario, y una gran capacidad de atención sobre lo que se está haciendo. A la cota de 400 milisegundos se le llamó el Umbral de Doherty, mejorando el valor determinado con anterioridad al estudio de los empleados de IBM, que se había cifrado en 2 segundos.
¿Por qué hablamos en este artículo de la cifra mágica de 396 milisegundos? Porque en la famosa y sobresaliente serie de televisión centrada en la informática Halt And Catch Fire, además de mencionar en algunos capítulos otras leyes como la de Brooks, dedica parte del tiempo en un capítulo de la primera temporada a hablar del Umbral de Doherty, ley mucho menos conocida que el resto de leyes mencionadas en este artículo.
Todos los fabricantes logran bajar el Umbral de Doherty en laboratorio porque no tienen en cuenta la importancia de las leyes físicas que serán aplicadas a posteriori.
En la serie se ve a los empleados del departamento de diseño de un ordenador PC Compatible de la empresa ficticia Cardiff Electric buscar la mejora del tiempo de respuesta después de enviar un comando, y alcanzan un valor de 396 milisegundos que todos los empleados celebran hablando de: «romper el Umbral de Doherty». En el mismo capítulo, solo unos minutos más tarde, el responsable del proyecto charla con un periodista de una famosa revista sobre informática buscando la publicación de un artículo sobre su producto en desarrollo y esperando destacar por estar debajo del famoso umbral. La respuesta que le da el periodista se resume en: «todos los fabricantes logran bajar el Umbral de Doherty en laboratorio porque no tienen en cuenta la importancia de las leyes físicas que serán aplicadas en el ordenador cuando el usuario trabaje con el equipo de forma continua en una instalación final».
Una informática llena de estudios, algunos desactualizados.
La informática esta llena de estudios y leyes que se han ido modificando con el tiempo, unas más acertadas que otras, incluso algunas totalmente equivocadas. Pero llama la atención algunas leyes y estudios como el desarrollado por Walter J. Doherty que resulta curioso, y da pie a todo tipo de interpretaciones, siendo aplicable para unos, y lo contrario para otros. Pero no debemos olvidar ese tipo de estudios que no hacen más que enriquecer a la ciencia informática.
En aquellos años a las grandes empresas de informática como IBM no sólo les interesaba crear máquinas rápidas, sino también crear máquinas que pudieran mejorar la productividad intrínseca de un ser humano.