En el año 2005, cuando contaba treinta y un años, trabajaba en una empresa de informática donde, principalmente, impartÃa formación en cursos técnicos tanto de software como de hardware... programación, montaje y reparación de ordenadores, instalación y mantenimiento de redes informáticas...
CorrÃa el mes de abril y contrataron a mi empresa para dar una formación personalizada a dos empleados técnicos de una central térmica perteneciente a una de las empresas de energÃa más importante de España. La formación debÃa ser impartida en la propia central térmica. Me asignaron el curso, en realidad era el único profesor de cursos técnicos en mi empresa, y durante dos meses me desplacé diariamente a la central para formar a los empleados en todo aquello que ellos me pidieran en cada jornada.
Los sistemas de hardware empleados allà no eran comunes o habituales, pero primero empecé por enseñarles a montar y desmontar un ordenador PC estándar... primero un clónico, y después algunos ordenadores de marca que tenÃan por allÃ, como por ejemplo ordenadores Hewlett-Packard. Pero allà habÃa equipamiento más complejo y muy enfocado al sector industrial.
Una vez trabajado sobre los conceptos más fundamentales de un ordenador PC, nos metimos de lleno en el mundo industrial... allà trabajaban con armarios que en su interior albergaban tarjetas backplane ¿Qué es una tarjeta backplane? Pues es, en si misma, un ordenador complejo. Cada tarjeta backplane contaba con su procesador, su memoria RAM, su bus de conexión... en cada armario se introducÃan varias tarjetas en serie... aquello era un armario de ordenadores.
Aquellos armarios eran utilizados para las mediciones de la central térmica... habÃa sensores, y cada tarjeta backplane tenÃa una función muy concreta de recoger información en serie de los sensores. En su interior [backplane] contaba con los primeros discos sólidos que pude ver en la informática, unos chips de pequeña capacidad para almacenar la información, ya que las vibraciones del lugar impedÃan el correcto funcionamiento de un disco duro mecánico estándar. Y debido a la pequeña capacidad de esos primitivos discos sólidos, en cada backplane se instalaba el kernel de Linux y poco más.
Asà que allà trabajaban mucho con equipamiento industrial y con Linux, después contaban con algunos servidores muy potentes para otros menesteres que rodaban bajo un sistema operativo poco habitual, como era el sistema operativo VMS, diseñado en su momento para el famoso ordenador DEC VAX, y que en el año 2005 utilizaban montado en un servidor con procesadores Intel Xeon... un equipo con lo último en hardware... en aquellos años DEC ya formaba parte de Hewlett-Packard. Para utilizar el sistema operativo VMS se utilizaba un emulador de consola VAX-VMS.
Un dÃa, en el descanso de unas clases, los dos alumnos me invitaron a conocer una sala donde guardaban todo aquel producto informático retirado de la central térmica. Me llevaron a una habitación de unos cien metros cuadrados donde, en perfecto orden, estaba almacenado todo aquello que iban retirando... y estaba almacenado criterio y esmero.
A lo largo de muchos años, y no sé con qué intención, guardaban todo y no se deshicieron de absolutamente nada, y cuando accedà a aquella habitación quedé maravillado... ¡era un auténtico museo de la informática clásica! Allà habÃa ordenadores realmente antiguos, armarios de cinta magnética, discos duros gigantescos -de aquellos que pesaban unos cuántos kilos- habÃa muchos armarios de backplane retirados, muchas tarjetas backplane, teclados, ratones, monitores antiguos -aquellos de fósforo ámbar-, incluso componentes sueltos. Uno de los alumnos me comentó que algunas cosas las abrÃa para experimentar con ellas, de hecho tenÃan allà un enorme disco duro totalmente abierto donde era evidente que alguien habÃa revuelto en su interior.
Nunca he vuelto a acceder a una habitación privada con tanto valor histórico de la informática, pero catorce años después no he olvidado aquellos minutos que estuve por allà dando vueltas y mirando todo lo que allà habÃa, que era de incalculable valor para cualquier amante de la historia de la informática clásica.
Me asignaron una formación personalizada a dos empleados técnicos de una central térmica perteneciente a una de las empresas de energÃa más importante de España.