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En el año 2001 decidí aventurarme a investigar por mi cuenta en lo referente a la instalación y mantenimiento de servidores de Internet, y elegí para ello el camino de instalar mi propio servidor casero de Internet en mi habitación.
Corría el año 2001 y las redes de banda ancha comenzaban a proliferar en los domicilios particulares; se vaticinaba el fin de los módems de 56600 bps (bits por segundo) y, por tanto, de la lentitud inherente al acceso a Internet.
Un año antes mis padres decidieron instalar en casa un acceso a Internet de banda ancha, concretamente con el proveedor Telecable, cuyo medio de transporte de la información era la fibra óptica hasta la subestación más próxima, y a partir de ahí, hasta el domicilio, cable coaxial. Llevaba varios años conectado a Internet, desde los años de Infovía de Telefónica, y la gran red realmente me apasionaba... incluso ya había creado algunas páginas web cuando la mayor parte de la población nunca había visto alguna; alguno de mis sitios web tuvo importante repercusión. Pero con la llegada de la banda ancha a hogar de mis padres que yo habitaba en aquella época, la gran red me apasionó más todavía.
Inicialmente monté un servidor web Apache para Windows en mi ordenador para terminar por añadirle PHP.
En aquel año 2001 decidí aventurarme a investigar por mi cuenta en lo referente a la instalación y mantenimiento de servidores de Internet, y elegí para ello el camino de instalar mi propio servidor de Internet en mi habitación.
El primer paso fue montar un servidor web con soporte PHP y Perl, algo que era un gran avance para la época ya que la mayoría de las páginas web no contaban con programación. El primer problema a resolver era donde instalar el servidor y, lógicamente, solo podía ser en el único equipo informático de la casa… en mi ordenador. Así que, inicialmente, monté un servidor web Apache para Windows en mi ordenador para terminar por añadirle PHP.
Con esta primera instalación y después de pegarme mucho preparando el sistema, fue cuando me encontré con la cruda realidad por doble: Los puertos «TCP» de sistema capados por el proveedor, y la asignación de una «IP» dinámica.
El operador de cable cortaba el uso de los puertos «TCP» de sistema, es decir, todos los puertos «TCP» por debajo del 1024. Por lo tanto bloqueaba los principales usos de un servidor: la web (puerto 80), el servidor de email (puertos 25 y 110 para «SMTP-POP3»), o un «FTP» (puerto 21).
Después de mucho investigar encontré una solución sencilla para la web, el «FTP», y otros servicios: redireccionar los puertos por encima del 1024 y utilizar un dominio virtual para recoger la entrada en texto y pasarla al puerto alto de forma transparente para el usuario. Ese dominio virtual, mediante un actualizador de «IP», también servía para solucionar el problema de una «IP dinámica». Hay que aclarar que en la actualidad todas las redes de banda ancha trabajan con «IP dinámica», pero en el año 2001 las redes de banda ancha «ADSL» contaban con «IP estática», detalle muy importante.
En una revista de informática que compré me hice con una distribución completa de la «Red Hat Linux» que venía a modo de regalo en varios «Compact Disc».
El siguiente paso era disponer del servidor funcionando las veinticuatro horas del día, pero mi ordenador no era el más adecuado para ello, además de que el sistema operativo Windows tampoco era el adecuado; se hacía necesario pasar al Linux. En una revista de informática que compré me hice con una distribución completa de Red Hat Linux que venía a modo de regalo en varios «Compact Disc». Ya tenía el sistema operativo base.
Para el equipo informático, en pocos días, me hice con piezas de desecho de ordenadores retirados: placa base, microprocesador, disipador y ventilador, tarjeta gráfica, memoria RAM, algún disco duro viejo, una disquetera, una fuente de alimentación, un monitor viejo, y todos los cables y mangueras necesarias. Con todas las piezas de desecho monté un ordenador que podía arrancar perfectamente, para Windows muy corto en rendimiento, pero para ideal para Linux.
El futuro servidor tenía que estar encendido las veinticuatro horas al día, y además contaba con ventiladores como cualquier equipo informático de la época; el ruido estaba garantizado y el ordenador solo podía estar en mi habitación ¿Cómo dormir en una habitación con varios ventiladores en marcha haciendo ruido? La solución era sencilla, tenía que meter el servidor en uno de los dos armarios de mi habitación.
Meter en un armario un ordenador que funciona veinticuatro horas al día implica mayor concentración de calor y necesidad de pasar cables hacia el interior. Así que se me ocurrió la brillante idea de montar el ordenador sin torre o carcasa alguna, todos los componentes y cables al aire. Posteriormente se me ocurrió otra brillante idea, agujerear el armario por el lateral contrario a la cama para pasar los cables al interior, además de colocar algún ventilador de gran tamaño para ventilar la zona interior donde operaba el ordenador. Cuando mi madre vio el agujero en el armario... sin comentarios.
De aquella no existían los teléfonos móviles con cámara, ni tampoco abundaban las cámaras digitales, así que nunca llegué a sacar foto alguna a aquel montaje, y en la actualidad me arrepiento de no haber tomado una foto, ya que tenía su «encanto particular». Aquel agujero en el armario que provocó el disgusto de mi madre, fue el inicio de un proyecto que me hizo crecer profesionalmente en importante medida y acarrear con ello grandes momentos positivos que nunca podré olvidar.
En aquellos años existían muchos servidores donde se podían hospedar gratuitamente páginas web sencillas, sin programación y sin base de datos, pero apenas existían servidores que ofrecieran completamente gratis «hosting» con ejecución de scripts y acceso a bases de datos.
El agujero en el armario fue un elemento de casi «gamberrismo hogareño» que aportó algo grande a la comunidad. Aquel servidor aportó a la comunidad en aquellos primeros años de inicio del siglo un servicio totalmente gratuito de servidor web «Apache» con acceso a base de datos «MySQL», y ejecución de scripts «PHP» y «Perl», además de contar con servidor «FTP» para gestionar el espacio web y «Telnet». En aquellos años existían muchos servidores donde se podían hospedar gratuitamente páginas web sencillas, sin programación y sin base de datos, pero apenas existían servidores que ofrecieran completamente gratis «hosting» con ejecución de scripts y acceso a bases de datos. Mi servidor lo ofrecía, y rápidamente se llenó de personas de diferentes partes del mundo -principalmente jóvenes con escaso recursos económicos- que hospedaron sin coste alguno sus páginas web. También recuerdo que hubo varios clanes de «Counter Strike», juego «online» de moda en aquellos años, que utilizaron mi servidor como su sede de operaciones.
Ninguno de los usuarios del servidor montado en mi habitación tenía conocimiento de que cada vez que una persona en cualquier parte del mundo se conectaba para entrar a su web, estaba entrando a mi ordenador enclaustrado en el armario, muchas veces al mismo tiempo que yo dormía dos metros más allá. No hay duda que un agujero en un armario puede llegar a dar mucho juego...
Inicialmente monté un servidor web Apache para Windows en mi ordenador para terminar por añadirle PHP.